Me presento, me llamo Eduardo, Cacereño de nacimiento y entusiasta del deporte desde que tengo consciencia de ello, empecé a los 10 años jugando al fútbol sala con el equipo del colegio, eramos muy malos, pero eso me abrió las puertas a la practica del deporte, más tarde con el gusanillo empezamos a jugar al Vóley y a fútbol, dónde estuve una temporada con el Cacereño, equipo de la ciudad, pero pronto pego el salto al atletismo, correr es de cobardes, pero se disfruta mucho.
En esta etapa empiezo a tomar consciencia de lo que realmente es entrenar, nada de dos días a la semana, seis días de dos a tres horas para terminar haciendo marcas mediocres en velocidad, lo que termina por disgustarme mucho, y después de siete temporadas decido dejarlo, y me dejo a mi mismo durante dos años largos, en los que el comer y el buen vivir me hacen olvidarme del deporte, pero un día aburrido de estar en casa me apunto al gimnasio, no para hacer muchas pesas que no me gustan, pero si para distraerme, y en esto que me meto en una clase de ciclo indoor, y anda, de nuevo esa sensación, uf, otra tarde, y otra y otra y otra... y dos años después de estar con el gusanillo del deporte aparece un hombre, un tal Josef Ajram, no es muy bueno en nada, pero tiene una filosofía que cambia mi manera de ver las cosas, ¿el límite?, no existe, y con esto en la cabeza, y buscando un reto que suponga un sacrificio enorme decido que si él puede yo no soy menos, y desde ese momento solo tengo un objetivo, terminar mi primer Ironman, ¿empezamos?.
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